Perspectivas en psicoterapia

Hay diferentes miradas sobre aquello que llamas problema. Este
blog intenta acercarte a aquello que llamas solución.





lunes, 31 de mayo de 2010

¿Y a dónde se fue el deseo?

Muchas mujeres descubren que luego de algunos años de vida en pareja, el deseo se fue a dar una vuelta demasiado larga. Aparecen las dudas, las preocupaciones (sobre todo por el otro miembro de la pareja) y la culpa en algunos casos.
Pocas cosas hay en la vida que puedan compararse al deseo sexual. Pero este se comporta de manera similar a muchas; es decir, a todo aquello de nuestra vida que surge espontáneamente. Si algo es espontáneo no puede obligárselo; aparece solo. Las ganas son un ejemplo; el sueño es otro (mientras más tratamos de dormir en una noche insomne, más nos cuesta hacerlo).
Con el deseo pasa lo mismo, si lo hago para "cumplir", por costumbre o para "no discutir", el problema cada vez empeora más. Todo lo que hacemos de manera obligada termina por disgustarnos o cansarnos.
Paradógicamente, cuanto menos buscamos el deseo sexual, a veces es cuanto más aparece.
La idea no es negar el problema; la idea es buscar situaciones que propicien el encuentro sexual, pero sin hacer el amor si no se tienen ganas. Es necesario hablar con el otro, exponer lo que se siente, y generar más intimidad, más caricias, juegos en la cama, bañarse juntos...todo esto ayuda a salir de la "obligación", para finalmente relajarse y propiciar un ambiente placentero.
El deseo crece en el terreno de la comunicación, el amor por el propio cuerpo, el encuentro con el cuerpo del otro y el difrutar momentos juntos. Allí, podrá germinar la semilla de la pasión.

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